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Factores que marcarán la Transición al minimalismo

A pesar de las singularidades de cada uno y las diferentes capacidades de adaptarse a los cambios, existen una serie de factores generales que influirán sobre todos los procesos de transición. Esto hará que el proceso que nos lleve al minimalismo sea más o menos sencillo. No obstante, esta guía debería servir para tener una idea general de cuál es vuestro punto de partida y para que valoréis la necesidad o la dificultad que os encontraréis a la hora de realizar el cambio. Aunque si le ponéis ganas, estáis convencidos y le dedicáis parte de vuestro entrenamiento a preparar el cuerpo, será siempre mucho más fácil y segura vuestra transición al minimalismo.


¿Qué factores marcarán la transición al minimalismo?



1. LA EDAD


Es evidente que nuestra capacidad de adaptarnos a los cambios se ve reducida con el paso de los años. Buena culpa de ello lo tiene el hecho de que el cuerpo adulto se estabiliza una vez superada la adolescencia y se cronifica con el paso de los años en función de la actividad que haya ido realizando. Esto hace que sea más difícil el cambio con 50 años que con 30 o con 30 que con 15.


Aquí tendremos que tener en cuenta todos los bloqueos que hemos ido acumulando con los años y que han ido formando nuestro cuerpo y personalidad. Con el paso del tiempo, la musculatura y las articulaciones pierden rango de movimiento y elasticidad. Teniendo esto en cuenta, habrá que ser más prudente a la hora de realizar estiramientos súbitos como los que se producen en la fascia plantar o el tendón de Aquiles para evitar las lesiones. Además, el proceso de recuperación de éstas es siempre más largo a medida que aumenta la edad, con lo que habrá que estar mejor preparado.


Si estamos en proceso de transición, este factor no lo vamos a poder cambiar nunca, pero podemos hacer que otras generaciones no lo sufran, así que, es una buena excusa para que los niños y niñas de tu entorno se liberen de los zapatos e incluso que te enseñen.



2. EL VOLUMEN DE ENTRENAMIENTO ACUMULADO


Llevar mucho tiempo entrenando conlleva una ventaja y un inconveniente claro. La ventaja es que tu constancia y perseverancia, conocimiento del cuerpo y capacidad de sufrimiento que has desarrollado durante los entrenamientos te ayudará a conseguir tu objetivo. El inconveniente es que si llevas mucho tiempo entrenando o corriendo de una determinada manera, el número de automatismos adquiridos y de estructuras adaptadas serán elevados, haciendo que el trabajo que tengas que hacer en la transición sea mayor.



3. EL HISTORIAL DE LESIONES Y TRATAMIENTOS ANTERIORES


Muchos de los que hemos llegado al minimalismo, lo hemos hecho, sin duda, desde esta vía. Después de años corriendo aparentemente bien, llegamos a un punto en el que el cuerpo acababa demasiado mal y nos obligaba a parar. Para muchos ha sido el interruptor que nos hizo buscar información, cuestionarnos algunos aspectos o escuchar recomendaciones.


La lesión o lesiones son un aviso que realiza el cuerpo para indicar que algo no funciona correctamente y, por consiguiente un buen momento para realizar un cambio. De todas formas, no siempre actuamos de esta manera ya que lo habitual es tratar de evitar el dolor sin llegar a pensar qué es lo que debemos cambiar activamente para evitarlo y solucionarlo.


Dentro de los posibles tratamientos a los que hayamos tenido que recurrir, nos encontraremos:


  • Farmacológicos

  • Terapéuticos

  • Ortopédicos

  • Quirúrgicos


Es importante saber que el tipo de tratamientos a los que hayamos tenido o querido recurrir van a marcar claramente nuestro proceso de transición al minimalismo. Seguramente es más fácil adaptarse al cambio si sólo se ha recurrido a los dos primeros que a los ortopédicos y quirúrgicos, aunque no siempre tiene por qué ser así.


Si somos capaces de valorar que en toda lesión hay siempre un desequilibrio en el esquema Estructura corporal-Función-Emoción, también vamos a poder recuperarnos antes de la misma y abordar este proceso de cambio con las máximas garantías.


Las respuestas que hemos dado a las lesiones o molestias aparecidas durante nuestra vida marcan únicamente la dificultad en la transición. Tenemos que saber, que estos puntos débiles marcan el camino inicial a seguir. Se tienen que convertir en la principal zona de trabajo y deberemos reforzarla o liberarla de manera específica y global.



4. EL ESTADO DE FORMA


El mejor momento para realizar el cambio es en el que estemos en peor forma ya que ésta hará de limitante natural del entrenamiento. Nuestros pies casi empezarán de cero a caminar y correr y, si estamos en baja forma, llevar ambos el mismo ritmo es una buena manera de evitar sobrecargas en las zonas que despiertan.


Si nuestra forma es excelente y podemos realizar trabajos de resistencia de 1h30’ o 2h puede que nos parezca poco o incluso nos cueste hacer solamente 20’ o 30’ de carrera, correr más lento o no poder realizar una determinada prueba como queríamos.


A pesar de eso, hay que pensar que una sesión de entrenamiento específico podría llegar a ocupar el mismo tiempo. Sólo es modificar la tipología de entrenamientos una temporada para acabar haciendo mucho más y mejor de lo que llegaste a hacer nunca. Si el entrenamiento específico lo tomas como una inversión, tardarás mucho menos en conseguir tus objetivos.

Jordi Vizcaíno

Hola soy Jordi, Educador Físico y Entrenador Personal. Me considero un apasionado del deporte y de la actividad física saludable. Estoy en constante búsqueda de lo que puede mejorar la salud de la gente que me rodea y desde mi Blog trato de explicar de forma didáctica todo aquello que me parece interesante. Gracias por la visita!!

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