
Una vez más, Empúries fue el escenario de un hito histórico. En la primera gran fiesta minimalista y descalcista (barefoot) organizada en Catalunya, Esteve Olivé volvió a batir el récord de Europa de Maratón descalzo.
Hay quien con la lluvia no sale de casa, quien la mira melancólicamente desde una ventana, o quien piensa en el caos de tráfico que va a provocar. Pero también hay quien mantiene un espíritu libre y sale a mojarse y saltar, sin miedo al qué dirán.
Salir a mojarse y bailar, mirar hacia el cielo para ver cómo caen las gotas por la cara o el cuerpo y disfrutar del contacto directo con el agua, es una de las cosas que nos acostumbramos a perder. Como si nos frenasen los pensamientos de buscar cobijo o las sombras de las pulmonías, bronquitis y constipados. De esta manera, perdemos la posibilidad de sentir uno de los grandes placeres que nos ofrece la naturaleza.
Pero cuando haces una actividad al aire libre, puede tocarte hacerla en un día lluvioso. Si no la acabas descartando por la peligrosidad, te acabas adaptando a las circunstancias con resignación...o con alegría. Los corredores, aunque nos pasemos una semana mirando el tiempo que hará el día de una carrera, somos de los que mejor nos adaptamos a las inclemencias del tiempo. Seguramente por el esfuerzo que hacemos, nos molesta más el calor que la lluvia, hasta el punto de podernos sentir bien corriendo bajo ella. Lo que más sufre la mayoría, es tener que soportar las zapatillas y los calcetines mojados durante la carrera. Pero claro, si te liberas de este elemento externo, la diversión es máxima.
Y la lluvia del domingo en La Escala, hizo que Esteve Olivé se volviera a divertir. Después de que en marzo corriese en Barcelona, su primera maratón descalzo, se volvía a presentar a una gran prueba sin zapatillas. Durante este tiempo, se había especulado con la posibilidad de que bajase su marca (2h 52') y pudiese batir el récord de Europa de Maratón descalzo, que ahora tenía el corredor Italiano, Francesco Arone (2h 50').
El escenario era ideal. Las ruinas de Empúries, la Costa Brava y el primer Campeonato minimalista y descalcista de Maratón, 1/2 Maratón y 10 Kilómetros que se hacía en Catalunya. Estaba rodeado de amigos, compañeros y familiares, con los que ha compartido experiencias, entrenamientos y el placer de dejar los pies libres de ataduras físicas y sociales.
Habían anunciado lluvias para todo el fin de semana, pero el sol del sábado, hacía pensar que quizás el buen tiempo aguantase hasta el mediodía. Media hora después de darse la salida, empezaban a caer las primeras gotas.
El suelo se iba mojando y nuestros pies descalzos se iban refrigerando de manera natural. Esta vez participé en los 10k, para poder formar parte del acontecimiento y acompañar a un par de amigos. El apoyo a los corredores de la Maratón, lo tendríamos que hacer cuando acabásemos nuestra carrera. Sobre el kilómetro 5, un compañero con el que iba, gritó: ¡¡Cuidado cristales!! Justamente, cuando ya hacía medio segundo que tenía uno clavado en el pie. Me paré para sacar el resto de cristales que quedaban en el suelo y para liberar mi planta de aquella incomodidad...cosas que pasan por ir descalzo. Estuve un buen rato para sacarlo y, cuando me incorporaba a la carrera, los primeros corredores de la Maratón, pasaban en sentido contrario.
Me paré para ver si veía a Esteve, mientras uno de los reporteros que seguía la prueba, me preguntaba si me podía coger corriendo descalzo. Tiré un poco hacia atrás para que hubiese algo más de dinamismo en la toma, cuando lo vi a lo lejos. Grité al cámara para que se girase y lo pillase a él. Cuando pasó a mi lado, no dudé en dar media vuelta y acompañarlo durante un rato, mientras le preguntaba por las sensaciones que tenía. Estaba feliz, sonreía y la lluvia que nos caía, le llenaba de buenas sensaciones. Se estaba gustando y le estaba gustando la carrera. Todavía le quedaban muchos kilómetros, pero la verdad es que prometía. Cuando empecé a resoplar, no tuve más remedio que dejarlo ir. ¡¡Sigue disfrutando campeón!!
Mis compis estaban ya muy lejos, así que me puse en modo persecución y en modo escoba. Volví a pasar por uno de los pocos sitios donde había gente animando y se quedaron sorprendidos al volverme a ver pasar. Este sin zapatillas no debe saber muy bien hacia dónde ir. Fui recogiendo los cristales y los elementos peligrosos que me iba encontrando, para hacer algo más seguro el camino de los que corrían la media y la Maratón. Antes de llegar a meta, ya estaba con mis amigos.
De manera escalonada, fueron llegando bajo un buen aguacero, los corredores de la media. Pero empezó a aflojar, cuando el primer corredor de la Maratón llegaba. Todos los corredores minimalistas y descalcistas, sabíamos que Esteve no iba a tardar demasiado en aparecer. Y así fue. Se lo veía llegar desde lejos con el dorsal en la mano, esprintando y contento. Contrastaba enormemente con el corredor que estaba justo delante suya. Todos empezamos a gritar, alucinando con el tiempo con el que iba a acabar la prueba. Paró el crono en 2h 45' 22", séptimo de la general. ¡¡Un nuevo récord de Europa de Maratón descalzo!!
Ahora era el turno de darse un baño de abrazos, de sonrisas y de agua con los que estábamos en meta esperándolo. Todos, todavía boquiabiertos. Quien más quien menos, se puede sentir parte de este hito, porque de una manera u otra hemos participado. Esteve siempre nos los ha agradecido y reconocido. Pero quien piense que el caso de Esteve es un caso aislado, se equivoca. Porque mientras estábamos escuchando sus palabras y sensaciones durante la carrera, llegaba el corredor de Alcàsser, Angel Ramón Abella, también descalzo, en 2h 53' 52". Otro tiempo estratosférico, que permite corroborar que no es necesaria tanta tecnología en los pies para correr rápido.
Un éxito de participantes en las diferentes pruebas

Ver a Esteve o a Angel correr, bien valen un encuentro, pero este evento traspasaba el espíritu competitivo. Una de las características que más comentamos los que corremos así, es la complicidad que existe entre todos. Somos personalidades diferentes, pero puede que, como nuestra decisión comporta abrir el campo visual y mental, somos capaces de conectar tanto entre nosotros y nosotras. Así que, aunque no nos conociésemos de antes, nos pudimos sentir en familia. También nos sirvió para compartir experiencias, entre todos los participantes y acercar esta forma de correr natural, a todos los atletas y al público. Al final, un total de 42 participantes, pudimos disfrutar de este primer gran evento minimalista y descalcista que se ha celebrado en Catalunya.
El hecho de haber añadido estas nuevas categorías a las carreras oficiales de la Maratón d'Empúries, ha servido para darle notoriedad a este movimiento, que cada vez tiene más adeptos. También ha servido para hacer reflexionar al resto de corredores, de la necesidad de cuestionarse aspectos, que las marcas deportivas no hacen por cuestiones puramente comerciales. Con el tiempo, caerán por su propio peso.
Reconocimiento a un Campeón
La XV Maratón d'Empúries también sirvió para homenajear a Miquel Navarro Palos. El ex-maratoniano (Campeón y recórdman español de la prueba), a sus 88 años, fue el encargado de entregar los trofeos a los diferentes ganadores y ganadoras. Pudo compartir sabiduría, ideas, consejos y anécdotas con los atletas que participamos. Volvió a sonreír encima de un podium y recibió el reconocimiento y admiración de los que allí estábamos.
